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La lógica difusa se puede emplear para resolver distintos problemas en la vida que requieren cierto pensamiento reflexivo en el que se incluyen tanto la razón como las matemáticas.
Supongamos que una persona debe escoger entre beber de dos botellas. Una agua de una botella A es 80% potable y el agua de una botella B tiene 80% de posibilidades de ser potable.
En casos como este, apreciamos que la botella A tiene un contenido que no afectaría en gran medida a la salud de la persona, sin embargo, hay un 20% de posibilidad que el agua de la botella B sea algún líquido tóxico.
Si suponemos que el agua de la botella A es 50% potable y el agua de la botella B tiene un 50% de probabilidad de ser potable, entonces el contenido de la botella A afectaría a la salud de esa persona, y sería mejor arriesgarse por la botella B, en la cual tenemos un 50% de esperanzas en que su contenido no sea perjudicial.
Este ejemplo nos ayuda a entender un poco mejor la lógica difusa, que como ya se mencionó antes, es una manera lógica de tomar decisiones.
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